Cáritas confía en empezar en octubre las obras de su nuevo albergue en Pontevedra
De antiguo convento a albergue para personas sin hogar. Es el proyecto que presentó este lunes en la sala parroquial de San Bartolomé, en Pontevedra, la junta directiva de Cáritas Interparroquial. Consiste en la rehabilitación integral del edificio situado en el número 64 de la calle Joaquín Costa, enfrente del Hospital Provincial, donde actualmente está el centro de día. Según Cáritas, es un proyecto muy necesario que permitirá dar una atención integral a las personas sin hogar, señaló su directora en la ciudad, Concepción Vázquez. Sin contar el IVA, tiene un coste total de 790.000 euros, aunque por motivos económicos se acometerá en tres fases. La primera, que si todo va bien arrancará en octubre con las obras, comprende la zona administrativa, de voluntariado y de albergue para transeúntes para 26 plazas (20 hombres y 6 mujeres).
Mauro Lomba, el arquitecto autor del proyecto, destacó que se trata de una actuación ambiciosa que busca conseguir un centro para personas sin recursos en el centro de la ciudad, ya que cuando esté operativo conllevará el cierre del actual albergue para 20 plazas en Monte Porreiro, de 175 metros cuadrados de superficie. Este albergue se quedó pequeño y obsoleto, dijo, además de estar lejos de la ciudad y tener problemas de accesibilidad y habitabilidad. Se convertirá el antiguo convento de 1965 en un edificio nuevo de más de 1.000 metros cuadrados con cuatro usos diferenciados: Proxecto Hombre, centro de día, albergue y habitaciones tuteladas.
Uno de los aspectos más desconocidos del solar, subrayó, es su gran espacio exterior con huerta, donde se habilitarán talleres y una zona para mascotas. «Los indigentes suelen tener como compañía una mascota y para ellos es importantísimo. Ahora nadie sabe que existe ese patio exterior», indicó el arquitecto. Mauro Lomba destacó que se actuará en un edificio «con sabor a arquitectura sencilla» al que se dará luz cambiando la carpintería exterior por otra más amplia y sin divisiones y abriendo hasta el suelo los huecos a la vista de la fachada. En el exterior el desnivel entre las distintas zonas se salvará con unas gradas en un espacio que podrá acoger talleres, actividades y hasta algún concierto.
Según explicó Alberto Escobar, voluntario de Cáritas, el proyecto se financiará con aportaciones voluntarias, de Ence para costear los honorarios profesionales y de la Dirección Xeral de Inclusión de la Xunta, a quien se solicitó una subvención de 300.000 euros. La primera fase tiene un coste sin IVA de 440.000 euros, la segunda, de 200.000, y la tercera, de 150.000. Íñigo Arranz, responsable del programa para personas sin hogar de Cáritas, indicó que la organización apuesta por un modelo lo más humanizador posible: «Todo o mundo ten dereito non só a unha acollida, senón dereito a unha vivenda digna, con luz, diáfana frente a ese mundo escurecido».